El mejor regalo del universo
El despertador sonó a las 8 de la mañana, como sonaba cada día desde que llegamos a Arenas de San Pedro. Me dolía todo el cuerpo por las agujetas y una vocecita dentro de mi cabeza repetía insistentemente: “Las vacaciones están para descansar, no para sufrir, esta rutina diaria es inhumana”. Edu estaba como una rosa y se levantó rápidamente. Con bastante desgana me arrastré hasta el armario y comencé a vestirme. Tras tomar un batido de proteínas veganas, me puse a cuestas la mochila de peregrina y comenzamos como cada mañana a caminar por la ruta del Berrocal. Quedaba… Leer más »El mejor regalo del universo