La semana pasada tuve el placer de visitar la exposición fotográfica “Rico Pobre Mendigo Ladrón” de la mano del propio autor, Jorge Molder, y del comisario de la exposición, João Pinharanda. ¡Todo un lujo!
Sinceramente agradezco la oportunidad que nos ofreció la Escuela SUR de profesiones artísticas, ya que si hubiera visto la exposición por mi cuenta, no hubiera comprendido nada de lo que vi y no la hubiera disfrutado tanto como lo hice.
Nada más acceder a la exposición, me quedé sorprendida por las fotografías, ya que prácticamente el 90% de ellas eran autorretratos del autor. “¡Menudo Ego!” – podrían pensar algunos… Pues no, no es eso ni mucho menos. Jorge Molder, me sorprendió por su gran humildad, por su pasión por lo que hace y por el desapego tan grande que tiene de su “yo”, dando lugar a jugar con los “personajes” que muestra en sus fotografías.
Algo que me llamó la atención fue la diferenciación que hace entre autorretratos y auto-representaciones. Tal y como nos explicó, un autorretrato muestra la imagen que tiene alguien de sí mismo, y una auto-representación muestra la imagen de un personaje que el autor quiere representar. Por tanto, mi forma de ver la exposición cambió radicalmente y comencé a divertirme observando los personajes creados por el autor y cómo éste juega con ellos.
Llevo mucho tiempo trabajando a nivel de desarrollo personal el tema de los personajes que tenemos cada uno de nosotros dentro de nosotros, que son las “máscaras” que nos ponemos cada uno dependiendo de la situación en la que nos encontremos. Es por ello, que me pareció muy interesante ver cómo Jorge Molder representaba tan bien las máscaras, muchas veces de forma literal con máscaras creadas por él mismo, de forma figurada a través de maquillaje, o de forma implícita a través de la expresión corporal.
He de destacar que él no se considera fotógrafo, sino un filósofo que utiliza la fotografía como medio de expresión. Y yo creo que esa es la clave de su éxito, ya que en 2010 Molder fue galardonado con el Grande Prémio Fundação EDP / Arte, uno de los más importantes que se conceden en Portugal en cuanto a artes visuales. No es en sí la perfección fotográfica lo que él busca, sino la expresión de la temporalidad frente al espacio, y es esto lo que le convierte en un autor capaz de representar con una absoluta brillantez el paso del tiempo a través del envejecimiento de los personajes que él encarna.
Me he convertido en fan incondicional de Jorge Molder, no tanto por su obra sino por su personalidad, humilde y cercana. Fue un auténtico placer poder charlar con él y descubrir a través de sus ojos cómo percibe el arte y la vida.
La exposición estará abierta al público hasta el 17 de Mayo de 2015 en la Sala Picasso del Círculo de Bellas Artes de Madrid (horario de martes a domingos de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00).
Si asistes a la exposición, me encantará que compartas conmigo tus impresiones sobre su obra, dejando tu comentario aquí abajo. ¡Nos vemos!